miércoles, 30 de marzo de 2011

EL INTENTO

EL INTENTO

Llamar al intento
La oportunidad mínima
El sentido de sobriedad
Rastrear al intento
Despertar el intento



"El intento es la sintonía de nuestra atención con la conciencia cósmica, la cual transforma nuestras voliciones en los comandos del Aguila. Hay que ser osado para intentarlo deliberadamente, pero una vez allí, todo es posible. Su intento permite a los brujos vivir en un mundo no cotidiano y proponerse un destino de libertad. Para ellos, la libertad es un hecho, no una utopía."

La maestría del intento es el enigma del Espíritu, el enigma de lo abstracto y lo indescriptible. Es una de las prácticas más complejas y enigmáticas de todas las enseñanzas. La instrucción proporcionada por Don Juan en el arte del acecho y la maestría del intento se basaron en la instrucción del estar consciente de ser: una piedra angular que consiste de nueve premisas básicas.

Así como el hombre común se relaciona con el mundo a través de su razón, el guerrero, en cambio, lo hace a través de su voluntad. Para los brujos, "el Intento" es una fuerza inmensurable e indescriptible que está presente en todo lo que existe en el Universo, es el poder en el que el Universo se apoya. Es la fuerza que da foco a todo. Hace que el mundo ocurra. Dicha fuerza se manifiesta en cada uno de nosotros como intención, deseo, voluntad; es la fuerza omnipresente que nos hace percibir. Todo cuanto existe en el Cosmos está enlazado, ligado a esa fuerza por un vínculo de conexión.
La gran falla colectiva es el vivir nuestras vidas sin tomar en cuenta esa conexión. No nos tornamos conscientes porque percibimos, sino que percibimos como resultado de la presión y la intromisión del intento. Para nosotros lo precipitado de nuestra existencia, nuestros inflexibles intereses, esperanzas, frustraciones, miedos, etc. tienen prioridad. En el plano de nuestros asuntos prácticos, no tenemos ni idea de que estamos unidos a todo lo demás.

"...Es una fuerza que se encuentra presente en todo lo que existe.
Es un misterio.
Los nuevos videntes lo observaron de cerca y lo llamaron voluntad, la voluntad de las emanaciones del Águila, o el intento..."

No existe un mundo de objetos sino un universo de campos energéticos que los videntes llaman, las emanaciones del Águila. Cada uno de nosotros está envuelto en un huevo luminoso que encierra una pequeña porción de esas emanaciones y que confluyen en un punto llamado "punto de encaje". El alineamiento que percibimos cómo el mundo, es producto del específico lugar en el huevo luminoso donde está localizado el punto de encaje.

Es posible lograr que el punto de encaje se desplace de su posición habitual en la superficie del huevo luminoso, ya sea hacia su interior o hacia otra posición en su superficie, o hacia fuera de ella. La nueva posición del punto de encaje permite la percepción de un mundo completamente diferente al mundo cotidiano; un mundo tan objetivo y real como el que percibimos normalmente. El intento es la fuerza omnipresente que nos hace percibir, es la atención sostenida. No nos volvemos conscientes porque percibimos, sino que percibimos como resultado de la presión y la fuerza del intento. El objetivo final de los brujos toltecas es alcanzar un estado de conciencia total y ser capaces de experimentar todas las posibilidades perceptuales que están a disposición del hombre. Este estado de conciencia implica, asimismo, una forma alternativa de morir.
La conciencia de Ser es el producto de la constante presión que ejercen las emanaciones exteriores sobre las interiores y se requiere un considerable grado de propósito y determinación para la utilización del intento.
El objetivo primordial de Don Juan fue ayudar a Carlos Castaneda a percibir la energía tal como fluye en el universo. Percibir el "nagual", es ampliar nuestra conciencia y acercarse al infinito. Al alcanzar la totalidad de nuestro ser, alcanzamos la totalidad del universo.




"...Intentar es el secreto. No hay ninguna técnica para intentar. Uno aprende a intentar usando el intento..."




La única manera de explicar el intento es experimentarlo en forma directa por medio de esa conexión viva que existe entre el intento y todos los seres vivientes. Los brujos llaman intento a lo indescriptible, al espíritu, al abstracto, al nagual.




El intento, o el acto de intentar, es algo muy difícil de explicar. Yo, o cualquier otro brujo,
pareceríamos un par de idiotas si tratáramos de explicarlo. Ten esto en cuenta cuando oigas lo que
te voy a decir a continuación: los brujos intentan cualquier cosa que se proponen intentar
simplemente intentándolo.


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Llamar al intento

Los toltecas, dice Don Juan, llaman el intento para andar el camino del guerrero y siempre logran lo que se propone.

"¿Como se convoca el intento?
Llámalo, ¡¡Intento, intento, intento!!"

Expresar en voz alta el intento de uno es la forma más simple y directa. Pero Don Juan hace un señalamiento muy importante, afirma que se llama al intento para realizar acciones que tienen que ver con el Espíritu, con lo abstracto.
El intento es esa fuerza que existe en el Universo, pero que no está a la disposición de propósitos mundanos o para acciones grotescas nacidas de la vida ordinaria. No esta a disposición del ego, la ignorancia o la estupidez humana.

Don Juan decía que uno debía concebirlo como una fuerza invisible que existe en el universo y que afecta a todo, no es una condición de ser, pero sí una fuerza que usamos como llave. Los "no- haceres" sirven para interrumpir el intento. Es un proceso, un flujo, una corriente de energía que eventualmente puede detenerse o reorientarse. Es capaz de concentrar "las emanaciones del Águila" dentro de cierto marco. Cuando los guerreros hablan de "poder personal", se refieren al intento que les llega voluntariamente. El resultado se manifiesta en la facilidad de encontrar soluciones o de afectar a la gente o a los acontecimientos. Cuando el intento se funde con el guerrero, lo transforma en una fuerza pura, que los videntes llaman "Voluntad".

Todo cuanto existe en el Cosmos está enlazado, ligado a esa fuerza por un vínculo de conexión. Por ello, el total interés de los brujos es delinear, entender y utilizar tal vínculo, especialmente limpiarlo de los efectos nocivos de las preocupaciones de la vida cotidiana. A este nivel, la brujería podría definirse como el proceso de limpiar nuestro vinculo con el intento. Este proceso de limpieza es sumamente difícil de comprender y llevar a cabo. Por lo tanto, los brujos dividían sus enseñanzas en dos categorías. Una es la enseñanza dada en el estado de conciencia cotidiano, en el cual el proceso de limpieza es revelado en forma velada y artificiosa; la otra, es la enseñanza dada en estados de conciencia acrecentada. En tales estados los brujos obtenían el conocimiento directamente del intento, sin la intervención del lenguaje hablado. Empleando la conciencia acrecentada y a través de miles de años de tremendos esfuerzos, los brujos obtuvieron un conocimiento específico y al mismo tiempo incomprensible acerca del intento; y pasaron ese conocimiento de generación en generación hasta nuestros días. La tarea principal de la brujería consiste en tomar ese incomprensible conocimiento y hacerlo comprensible al nivel de la conciencia cotidiana.

Los seres humanos y todas las demás criaturas vivientes son esclavos del intento. Estamos en sus garras. Nos hace hacer todo lo que quiere. Nos hace actuar en el mundo. Incluso nos hace morir.
Cuando nos convertimos en guerreros, el intento se vuelve nuestro amigo, tomamos consciencia de nuestra propia conexión con el intento. Nos deja ser libres por un rato. A veces incluso viene a nosotros, como si por ahí hubiera estado esperándonos.

"El intento comienza con un comando. Si se ha de tener un diálogo interno, se debe sostener el diálogo apropiado que implica el manejo desinteresado del intento a través de comandos cuerdos."

Intentar: es desear sin estar deseando, hacer sin estar haciendo. Es tener, sin un pensamiento, una determinación silenciosa.

El manejo del intento empie­za con un comando dado a uno mismo; el comando se repite hasta que se convierte en el comando del Águila, y luego, el punto de encaje se mueve en cuanto los gue­rreros alcanzan el silencio interior...

Saber que eso es posible permitió a los anti­guos videntes mover sus puntos de encaje a increíbles posiciones de ensueño en el desconocido inconmensura­ble; para los nuevos videntes significa negarse a ser alimento, significa escapar del Águila, moviendo sus puntos de encaje a una muy peculiar posición de ensue­ño llamada libertad total... 

Recuerden pues que el inten­to comienza con un comando...

La oportunidad mínima

Son los naguales quienes tienen la responsabilidad de suministrar lo que los brujos llaman la "oportunidad mínima": el estar consciente de nuestra propia conexión con el intento.

La gran tarea de los brujos es implementar la idea de que para evolucionar el hom­bre debe primero liberar su conciencia de ser de sus ataduras con el orden social. Una vez que esté libre, el intento la dirigirá por un nuevo camino evolutivo.
Se requiere una enormidad de fuerza para abandonar el intento de la vida de todos los días. Para hacerlo uno debe enfocar la atención en la superficie del cascarón luminoso. Intentar es el secreto. Los brujos deslizan su punto de encaje a través del intento. Y no hay ninguna técnica para intentar. Uno aprende a intentar usando el intento. Un guerrero debe evocar el intento. En la mirada está el secreto. Los ojos convocan el Intento... la verdadera función de los ojos, los atrapadores del Intento.

Los nuevos videntes sostuvieron que para emprender un "Camino de Conocimientos", los hombres impecables no necesitan que alguien los guíe, que por sí solos, mediante el aho­rro de su energía pueden hacer todo lo que hacen los videntes. Lo único que necesitan es una oportunidad mínima; solamente necesitan estar conscientes de las posibilidades que los nuevos videntes han descubierto.

Nosotros como hombres comunes y corrientes, no sabemos que algo real y funcional, nuestro vínculo con el intento, es lo que nos produce nuestra preocupación ancestral acerca de nuestro destino. Durante nuestra vida activa, nunca tenemos la oportunidad de ir más allá del nivel de la mera preocupación, ya que desde tiempos inmemorables, el arrullo de la vida cotidiana nos adormece. No es sino hasta el momento de estar al borde de la muerte que nuestra preocupación acerca de nuestro destino cobra un diferente cariz. Comienza a presionarnos para que veamos a través de la niebla de la vida diaria. Pero por desgracia, este despertar siempre viene de la mano con la pérdida de energía provocada por la vejez. Y no nos queda fuerza suficiente para transformar nuestra preocupación en un descubrimiento positivo y pragmático. A esa altura, todo lo que nos queda es una angustia indefinida y penetrante; un anhelo de algo incomprensible; y una rabia comprensible, por haber perdido todo.

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Es una fuerza perenne, como la gravedad.




Hay que acercarse al Intento con energía, y el Intento abre la puerta.




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Dentro de las premisas de los brujos, lo único que se puede ser es un conducto impecable. Uno no es el jugador de esta partida de ajedrez cósmico, uno es simplemente una ficha de ajedrez. Quien decide todo es una fuerza impersonal consciente que los brujos llaman el "Intento" o el "Espíritu".

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El sentido de sobriedad

Los nuevos videntes desarrollaron un magnifico sistema de comportamiento llamado el camino o la senda del guerrero. Con ese sistema se fortificaron y adquirieron la fuerza interna que necesitaban. Esta fuerza no era solamente la convicción.
Tener fuerza interna significaba poseer un senti­do de ecuanimidad, casi de indiferencia, un sentimiento de sosiego, de holgura. Pero sobre todo, significaba tener una inclinación natural y profunda por el examen, por la comprensión. Los nuevos videntes llamaron sobriedad a todos estos rasgos del carácter.
La convicción que tienen los nuevos videntes, es que una vida de impecabilidad lleva de por sí, inevitablemente, a un sentido de sobriedad, y eso a su vez hace moverse al punto de encaje.

Todo lo que se requie­re es impecabilidad, eso es energía. Todo comienza con un solo acto que tiene que ser premeditado, preciso y continuo. Si ese acto se lleva a cabo por un periodo de tiempo largo uno adquiere un sentido de intento inflexi­ble que puede aplicarse a cualquier cosa. Si se logra ese intento inflexible el camino queda despejado. Una cosa llevará a otra hasta que el guerrero emplea todo su potencial... El intento inflexible lleva al silencio interno, y el silencio interno a la fuerza interna.
Lo que verdaderamente necesitamos es sobriedad, y nada puede dárnosla, ni ayudarnos a obtenerla, salvo nosotros mismos. Sin ella, el movimiento del punto de encaje, es caótico, como son caóticos nuestros sueños ordinarios.

Los nuevos videntes se consumen con la fuerza del alineamiento, con la fuerza de la voluntad, que han convertido en la fuerza del intento mediante una vida de impecabilidad. El intento es el alineamiento de todas las emanaciones ambarinas de la conciencia, así que resulta correcto decir que la libertad total significa conciencia total...La libertad es el don del Águila al hombre. Desgraciadamente, muy pocos hom­bres entienden que, para poder aceptar tan magnífico don lo único que necesitamos es tener suficiente ener­gía.
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Rastrear al intento

Para comprender el camino tolteca es importante darse cuenta de que no procede de un mundo de ideas sino del mundo del intento. No trata con un mundo preformulado y regido por la razón sino que refleja un mundo basado en la voluntad. Sus prácticas conducen al dominio del conocimiento silencioso, que Don Juan define simultáneamente como intento, espíritu, o lo abstracto... (las descripciones siempre parecen inadecuadas)

Definir lo indefinible:
Es una Fuerza inconmensurable e indescriptible y también es la fuerza que causa la percepción en nosotros. Don Juan define el intento como pura energía y afirma que es el rasgo universal compartido por todo lo que es. El intento no tiene que ver con las intenciones, dice Clara (Donde Cruzan los Brujos), sino con el uso del intento mismo.
Aunque todo está conectado con el intento y por medio del intento, cada cosa tiene su propio intento. Por ejemplo, hay uno que conocemos como el intento "humano" y contiene otros dentro de él. Hay un intento del género, de la raza, de la cultura y de cada individuo. Además, cada persona está conectada con el puro intento del espíritu. Por tanto, el trabajo que debemos realizar no es crear esa conexión, sino recordarla, sin tener por ello que mantener un dialogo interno: "tengo que recordar que...", sino asimilando este recuerdo. En términos del aprendizaje tolteca, el trabajo del aprendiz es recuperar la conciencia de ese vínculo.
En general, Don Juan se refiere a la voluntad como la fuerza responsable de mantener los alineamientos de energía en su lugar, mientras que el intento produce cambios en el alineamiento. Bajo esta perspectiva, el intento implica guiar intencionalmente la voluntad; en otras palabras, modelar la energía deliberadamente. Sin embargo Don Juan también relaciona el intento con ambas cosas, con los cambios de alineamiento y con mantenerlos estacionarios. Podemos considerar que la voluntad representa la fuerza cruda de las emanaciones del Águila. Estas emanaciones están interconectadas con toda la existencia. Todo lo que existe ya está dentro de las emanaciones, por tanto, el intento es la aplicación deliberada de la voluntad para manifestar lo que uno se propone. Recordad sin embargo que el intento es  "para realizar acciones que tienen que ver con el Espíritu, con lo abstracto".
Es a través de la impecabilidad que los toltecas convierten la fuerza de la voluntad en la fuerza del intento. Así adquieren conciencia individual de las emanaciones, lo que les lleva a modelar o controlar (dirigir) el intento. Ampliando su conciencia al máximo, logran un notable alineamiento de energía que enciende todas las emanaciones dentro de sus cuerpos energéticos. Este proceso da como resultado una toma de conciencia total de la condición humana, hecho que se corresponde con la libertad total.
La capacidad de realizar cambios reales en el alineamiento es la marca del aprendizaje tolteca. Y como los cambios requieren el manejo directo de la energía, hablar sobre ello no tiene demasiada importancia. Don Juan dice que las contradicciones del mundo tolteca se encuentran en los términos y no en las prácticas concretas. En el aprendizaje del conocimiento silencioso, el único asunto importante es aprender sobre el intento y su manejo, práctica que transciende la forma. Como es una energía universal, el hecho de definir el intento nos saca de él automáticamente. Pero definirlo también sirve para señalar que hay algo más allá de los sentidos habituales. La remota posibilidad de alcanzar la libertad reside en esa conciencia.

Intento inflexible:
Cualquier cosa puede causar un cambio en el punto focal: el hambre, el miedo, el amor, la ambición, la guerra, incluso el misticismo. Sin embargo, el método preferido por los toltecas es el intento inflexible . Don Juan compara el intento inflexible con tener un único propósito, con tener un objetivo extremadamente bien definido con el que no interfieran otros deseos distractores. Añade que también es la fuerza producida por la estabilización del punto focal en una posición no ordinaria. De ahí que el intento inflexible cambie el punto focal a nuevas posiciones que a su vez siguen generando un intento inflexible.
Para practicar el intento inflexible la implacabilidad debe estar disfrazada. No queremos que nuestro filo cortante quede a la vista, por eso el acecho es esencial. Pero no disfrazamos nuestra implacabilidad por bondad, sino porque es parte del aprendizaje. Uno ha de ser mágico e implacable, debe tener sus bordes bien afilados y debe permanecer alerta para no dar la nota.
Para que el aprendiz comience a despertar el intento necesita un "propósito fiero".
"El Camino Tolteca" por Ken Eagle Feather


 
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Despertar el intento

Don Juan dice que el intento de la persona normal está prác­ticamente muerto. Como se dan cuenta de que parten de un intento no funcional, los toltecas comienzan su despertar reali­zando una única acción "deliberada, precisa y mantenida". La repetición de ese acto durante el tiempo suficiente produce un intento inflexible.

El acceso al intento tiene lugar en la conciencia acrecentada y la maestría del acecho y del ensueño conducen a esa conciencia acrecentada. Una buena forma de comenzar es practicar una serie de ejercicios diferentes y después permitir que el intento nos conduzca en la dirección adecuada. Además, Castaneda nos aconseja movernos hacia el intento sin entenderlo, lo que nos da tiempo para explorarlo. Debemos dedicarnos a aprender las sutilezas del intento sin per­der tiempo. Pero no debemos precipitarnos y pensar que ya lo sabemos todo porque eso nos llevará a tener que dedicar aún más tiempo a poner las cosas al derecho. Como dice don Juan, debe­mos dominar las enseñanzas antes de intentar descifrar qué es cada cosa. Recordemos también que estamos entrando cada vez más profundamente en la con­ciencia. Lo que comprendemos en un momento dado suele desvanecerse cuando tomamos la siguiente curva del camino.

Asimismo debemos permanecer alerta a las señales de lo que quiere desplegarse. Cuanto más lejos viajemos, más sentiremos que algo se cierne, que algo está esperando a revelarse plenamen­te a la conciencia. Esto es lo desconocido que espera ser conoci­do. Para no malinterpretar ni interferir de ninguna forma con el conocimiento que nos espera, debemos interesarnos en lo que el intento realmente es, más que en lo que nos gustaría que fuera. Esta directriz es aplicable a cada intento, especialmente a la forma más pura de intento, el espíritu. Cuanto más reduzcamos la autoimportancia, más percibiremos; y tanto más llevaremos el espíritu a nuestra vida.

Manifestación:
Aferrándonos a un intento, lo sacamos a la luz. A esto se le suele llamar "manifestar" o llevar un propósito u objetivo a la conciencia. Desde la perspectiva tolteca, la manifestación consiste en alinear nuestra energía con la energía del objetivo. Este alineamiento produce la percepción del objetivo. El intento es la clave de todas las fases del alineamiento de energía.
La manifestación es un proceso que va de momento a momento. En cada momento equilibramos lo conocido y lo desconocido. Habitualmente, esta relación es tan endeble que sólo percibimos nuevos potenciales si encajan con nuestro mundo conocido. Por eso solemos reducir automáticamente nuestro potencial y por eso también necesitamos un intento inflexible que saque el punto de encaje de su zona de comodidad. Es decir, únicamente con un propósito así podemos salir deliberadamente de nuestros pensamientos y comportamientos habituales que mantienen el punto de encaje fijado en su lugar y llegar a percepciones nuevas y transformadoras.
Gracias al intento inflexible, nuestros mandatos se unifican con los del Águila. Don Juan dice que los toltecas del segundo ciclo emitieron mandatos cuando hablaban de su forma de hacer las cosas, creando una energía que reflejaba sus pensamientos; por tanto, potenciaron su autorreflejo (¿un estado similar al Mu-Shin ?). En lugar de utilizar el diálogo superficial y los conjuros, los toltecas del tercer ciclo aprendieron a emitir mandatos utilizando el intento mismo. Deseando sin desear y haciendo sin hacer, se aferraron directamente al intento. Como resultado de su silencio interno, sus mandatos fueron libres de combinarse con los del Aguila. Cuando esta combinación tiene lugar, uno ha manifestado su objetivo.
El intento está disponible para todo el mundo, pero sus mandatos sólo pertenecen a quienes lo exploran. En consecuencia, los siguientes puntos de vista se te ofrecen para ayudarte a explorar y rastrear aspectos del intento. Son aplicables a la manifestación de cualquier cosa, pero la tendencia fundamental es la de manifestar conexiones más profundas con el espíritu. Para tener éxito hay que dar al espíritu un control completo sobre la propia vida sin perder el autocontrol.
Hay una serie de indicadores que nos señalan si estamos en la pista adecuada. Podemos sentir que algo encaja en su sitio o podemos tener la sensación de que la energía se coagula. Al principio, la búsqueda puede parecer vaga. Puedes sentir que no entiendes nada de todo de esto, pero con cada giro del camino cultivas un poco más la fuerza de tus actitudes y propósitos.
"El Camino Tolteca" por Ken Eagle Feather 

La Gran Sabiduría Tolteca


"Existe en el universo una fuerza inmensurable e indescriptible que los brujos llaman "Intento" y absolutamente todo cuanto existe en el cosmos está enlazado, ligado a esa fuerza por un vínculo de conexión. Por ello, el total interés de los brujos es delinear, entender y utilizar tal vínculo, especialmente limpiarlo de los efectos nocivos de las preocupaciones de la vida cotidiana. A este nivel, la brujería podría definirse como el proceso de limpiar nuestro vínculo con el intento."
"El Conocimiento Silencioso" 
 
Del Intento
De los pocos sobrevivientes de la Toltequidad, tal vez el linaje más conocido es el Don Juan Matus, compuesto de 15 generaciones de nuevos videntes, como se hacen llamar para diferenciarse de los antiguos Toltecas, descubridores de su conocimiento, y que existieron hace aproximadamente 12.000 años.
Los nuevos videntes llaman a su enseñanza en general "La Maestría de la Conciencia" o "La Maestría del estar Consciente de Ser" y tiene como objetivo entrenar el grado de percepción y conciencia de sus practicantes a límites verdaderamente insospechados por la cultura occidental moderna. Estos nuevos videntes dividen la impartición de su conocimiento en tres grandes áreas: "La Maestría del Acecho", "La Maestría del Ensueño" y "La Maestría del Intento".
De las tres maestrías, la que más esfuerzo requiere de sus participantes es la del Intento, pero curiosamente no es por su grado de sofisticación, que por supuesto lo tiene, sino por la dificultad que los practicantes tienen para aceptar que existe un poder en su interior que está al alcance de su mano.
¿A qué llaman "Intento" los nuevos Toltecas?
Hay dos términos que los Toltecas ya acuñaban, y que por sí mismos evocan dos fuerzas internas que todos, en menor o mayor medida conocemos: la Atención y la Voluntad.
Más arriba leemos la definición que DJM dio a Castaneda acerca del Intento en "El Conocimiento Silencioso". En "El Fuego Interno" se cita también lo siguiente: "El Intento es una fuerza que se encuentra presente en todo lo que existe. Los antiguos videntes jamás se propusieron desentrañar el misterio de la fuerza que los hizo crear sus prácticas secretas; simplemente lo aceptaron como algo sagrado. Pero los nuevos videntes lo observaron de cerca y lo llamaron voluntad, la voluntad de las emanaciones del Águila, o el Intento." y una cita más del mismo libro: "La llamaron Intento y la describieron como guiar la voluntad, o guiar intencionalmente la energía del alineamiento" .

Las "emanaciones del Águila", la "energía del alineamiento" son en palabras sencillas, y siempre recordando que estamos hablando del acto de "percibir el universo" o de estar "conscientes de ser", lo que los Toltecas ya sabían y lo que la física cuántica está descubriendo ahora: el universo material no existe como tal. No hay tal materia.

La respuesta es el descubrimiento que, tanto los físicos modernos en la actualidad, como los Toltecas antiguos, cada uno por diferentes caminos y en diferentes niveles, hicieron en su momento: La Materia no es tan sólida como creemos que es. De hecho, el universo entero no es como creemos que es.

En su propia terminología, los Toltecas sabían que la materia, antes de ser materia, es energía. También sabían que la "materia" es tan sólo una interpretación sensorial de esa energía que emana de una fuente infinita e inagotable a través del universo en forma de "filamentos de energía", fuente a la que llamaron simplemente "El Águila" (quizás de ahí todo el simbolismo de esta ave en casi todas las culturas precolombinas).
Esta energía, por decirlo de alguna manera, es una energía creadora (¿[crea y/o modifica y/o remoldea]  [mantiene] [destruye y/o transforma y/o renueva]?), y es a través de esa infinita continuidad y fluidez que proporciona las condiciones para que la vida se renueve a cada instante. Es la energía de la que surgen todas las cosas, todos los mundos, materiales y espirituales, orgánicos e
inorgánicos.
Los Toltecas llamaron a esa fuerza creativa simplemente como "La Voluntad del Águila" o "El Intento", por la imperativa orden que los seres conscientes tienen de crear con ella el mundo en el que viven.
Fisica cuantica y chamanismo
Por otro lado, los físicos cuánticos modernos están hoy día verdaderamente consternados por la forma en que la materia se comporta a niveles subatómicos.
Nuestros científicos han descubierto que la materia está compuesta por 99.99% de ¡espacio vacío! De nada, de aire, llámenlo como quieran. Pero lo verdaderamente increíble ocurre en ese otro 0.01% de "materia restante", ya que, al parecer, !sólo está ahí cuando alguien la mira! Dicho de otra manera: Sólo cuando alguien pone su "atención" en esas micro partículas, llamadas Quarks, éstas se “materializan". Mientras nadie ponga su atención en ella, esta partícula, por decirlo de alguna manera, "no está ahí". No existe en ese lugar.

Aunque tal vez es más correcto considerarlo de la otra forma: la misma partícula puede estar en cualquier lugar, o mejor dicho aún, está en todos al mismo tiempo y solamente toma su lugar "espacio-tiempo" en el universo material cuando alguien se voltea a ver. Cuando alguien le presta su "atención".
Deepak Chopra dice: "La física cuántica no es sólo extraña, es aún más extraña de lo que podemos llegar a imaginar."

El físico Max Planck, uno de los físicos y mentes más brillantes del siglo XX (considerado junto con Einstein el padre de la Mecánica Cuántica) lo planteó de la siguiente manera, al recibir el premio nobel de física por su descubrimiento de la naturaleza cuantizada de la energía:
"Como un hombre que ha dedicado toda su vida a la ciencia más clara, el estudio de la materia, les puedo decir, como resultado de mi investigación de los átomos, lo siguiente: No existe materia alguna. Toda materia se origina y existe sólo en virtud de una fuerza que lleva a las partículas de un átomo a vibrar y mantiene unido este diminuto sistema solar.
Debemos asumir que detrás de esta fuerza existe una mente consciente e inteligente. Esta mente es la matriz de toda materia."

Esa mente creadora es el Águila de los Toltecas, y esa fuerza que permite la unión de ese diminuto sistema solar es el Intento.
Los antiguos Toltecas, aunque no entendían muy bien esta fuerza creadora, sí entendieron dos cosas: uno, que absolutamente todo en el universo proviene y está ligado a ella.
Y dos, que el ser humano, al estar ligado a ella, puede aprender, no sólo a "controlarla sino a manipularla a voluntad".

¿Manipularla para qué?, podría ser la siguiente pregunta, y la respuesta es tan amplia como los deseos que quieras cumplir: para cualquier cosa que uno desee o cualquier experiencia que uno quiera.
Es una fuerza creadora, ¿recuerdas? El Intento moverá las piezas universales necesarias y te proporcionará lo que le pidas. Recuerda que ya estás conectado a él. De hecho todo lo que ahora tienes, tu vida, tu salud, tu situación sea cual sea es producto de tu interacción con el Intento.
Qué tan rápido se manifieste lo que pidas dependerá únicamente de qué tan limpio esté tu vínculo con esa fuerza creadora.
A la gente común le llevará un tiempo materializar sus deseos. A los maestros de inmediato.

Sólo recordemos algo que los nuevos videntes saben acerca del poder del Intento: Este poder sólo incrementará el carácter y la naturaleza de quien lo posea.
Si eres una persona violenta, mezquina o ligera, el poder lo único que hará será potenciar esa violencia, esa mezquindad y esa ligereza.
En cambio, si eres una persona templada, sabia y bondadosa, el poder incrementará esas cualidades.

Por tanto, es indispensable templar el carácter de los aprendices en base a un estricto código de conductas, destinadas no sólo a limpiar el vínculo de conexión con el Intento, sino a implantar la necesidad de emplear esos conocimientos para la búsqueda de un fin ulterior, llamado la búsqueda de la libertad total, en vez del engrandecimiento personal material producto del ego.
Ese camino se ha llamado por milenios el "Camino Tolteca" o "Camino del Guerrero",  y a los que se atreven a transitarlo se les conoce como Guerreros, por la implacable lucha que día a día deben librar por convertirse en "Hombres de Conocimiento".



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OTROS ENLACES EN LA RED

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Conéctate al intento
¿Cuáles son los requisitos del intento o voluntad?

 




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